Es común que luego de algún tiempo de usar nuestras computadoras ya no sean las mismas de antes en cuanto a la velocidad del procesamiento y empiecen a funcionar cada vez más lento. Los problemas típicos pueden ir desde tener muchas aplicaciones que se ejecutan al inicio hasta un posible malware que afecte a nuestra PC.
Si aún no estás pensando en cambiar de equipo, estos consejos te pueden ayudar a hacer una diferencia notable en cuanto a la velocidad.
- Desinstala aplicaciones que ya no utilices
Después de tener ya un tiempo tu computadora, seguramente tienes aplicaciones que ni recordabas que aún las conservas, estas pueden ser las causantes de ralentizar tu PC.
- Libera tu escritorio
Procura mantener en el escritorio solo los accesos directos netamente necesarios, ya que al prender tu PC Windows carga todos estos elementos. Una opción puede ser mantener los íconos en una carpeta.
- Controla las aplicaciones que se ejecutan al inicio
Hay aplicaciones que se ejecutan automáticamente al prender tu computadora y si tienes muchas, ralentizarán tu equipo, dirígete al Administrador de tareas y en la casilla de Inicio podrás elegir cuáles se ejecutan y cuáles no.
- Asegúrate de no tener un malware
Ya sea que utilices Windows Defender o cualquier otro antivirus, comprueba que estés libre de algún malware o virus haciendo un examen periódico.
- Libera espacio en tu disco duro
Para no tener que descargar algún programa, Windows da la opción del Liberador de espacio en disco, con esta función puedes hacer un análisis de tu disco duro y se te mostrará una lista con varios archivos que puedes eliminar y el espacio que se liberará.
